martes, 19 de mayo de 2009

ROMEO Y JULIETA LA FUERZA DE LA PASION Y EL JUEGO DEL AZAR

El amor es un tema omnipresente en la literatura de todos los tiempos; pero quizás nadie como Shakespeare ha retratado la fuerza avallasadora de la pasión amorosa con tanta belleza y maestría. ¿Qué mujer no ha sido alguna vez una “Julieta” perdidamente enamorada, dispuesta a dejarlo todo por el amor de su “Romeo”? ¿Qué varón no ha sido sacudido por el huracán de una repentina pasión que marcó su destino? ¿Quién no se ha sentido subyugado por la belleza de las metáforas con que Shakespeare describe al amor?
Romeo vivía entre las sombras de la pena de un amor no correspondido, angustiado y desesperanzado, enredado en el “caos deforme de formas preciosas” que era su amor a Rosalinda, pero el azar el conduce a la fiesta de los Capuleto y allí la belleza y candor de Julieta enciende un fuego en su alma que consume todo rastro de aquella.
El amor surge como un relámpago y está destinado a acabar como éste. Bastó un pequeño diálogo y la pareja se junta en un beso. Son dos jóvenes tocados por la flecha de un ciego Cupido que trastoca el odio en su contrario directo.
Esta pasión avallasadora les ciega ante el peligro: Romeo salta la tapia para verla y ambos reniegan de su origen y se juran amor eterno, ella en su balcón y él en el jardín. La noche desaparece el rededor y aguza los sentimientos, dice Romeo:- “¡Qué dulces suenan las voces de los amantes en la noche!…” solo existen ellos, su amor y sus promesas.
Julieta tiene un instante de cordura: “Aunque seas mi alegría no me agrada nuestro acuerdo de esta noche: demasiado brusco, imprudente repentino, igual que el relámpago que cesa antes de poder nombrarlo”, es un presentimiento de la tragedia - lo tuvo Romeo al ir al baile-; pero el sentimiento domina a la razón, nuevamente el azar interviene: Fray Lorenzo les casa al día siguiente, irónicamente, para cambiar el odio familiar por amor.
Sigue presente el azar: corre sangre, suceden desafortunados desencuentros y la tragedia cobra la vida de los amantes. Se suicidan, el fuego de la pasión les impide continuar la vida sin el otro y el sino trágico de los amantes se lleva el odio de las familias. Es el final de un amor volcánico tierno y conmovedor.

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